Laia se queda mirando
el móvil durante unos segundos más. En realidad ya ha leido
el mensaje completo, simplemente está pensando qué será lo que Arturo
le ha contado a Marta, pero no quiere que Héctor sospeche nada, así que decide
fingir que está leyendo.
- ¿Hooolaaaaa...? - El
chico intenta llamar la atención de Laia. Héctor se ha dado cuenta de que no
está leyendo. Está como embobada mirando la pantalla de su teléfono móvil -
¡Laia!
A continuación pasa la
mano repetidas veces entre la cara de su "amiga" y la pantalla de su
móvil, para ver si reacciona.
-Ah, sí, lo siento, estaba
leyendo un sms que me ha enviado una amiga.
-Mm... - Héctor se pone
una mano en la barbilla y hace como si estuviera pensando - ¿una
amiga...?
-Sí, una amiga. Mira - le
dice mientras le enseña la parte que no ha tapado de la pantalla de
su móvil, en la que aparece el nombre de Marta - ¿Lo ves? Es una
amiga.
-Va, pero tampoco pasaría
nada si fuera un "amigo", eh, que a mi... no me importa.
-Pues claro que no pasaría nada. Pero por suerte para ti, no lo es.
Laia le guiña un ojo tras decir esto. Héctor
la mira asombrado, parece que al final va cogiendo más confianza.
Acaban de llegar al hotel, Laia está a punto de pasar por la
puerta giratoria que introduce a la recepción del hotel, pero se para al ver
que Héctor le sigue.
- Pero, ¿qué haces?
- ¿Yo?, pues… seguirte, ¿no? Como llevo haciendo
desde que nos marchamos de la playa.
- Ah… pues… no lo hagas. Me voy – y tras esas palabras, se gira, y vuelve a
caminar hacia la puerta giratoria, mientras se despide con la mano, dándole la
espalda a Héctor.
- ¡No!, espera Laia. Aún no me has dicho si me
crees o no
- Considérate afortunado por haberme podido
acompañar hasta aquí. –Dice bromeando, tratando de retener una carcajada.
Héctor se alegra al oír aquello. Sabe que en el fondo le cree, le comprende, y
lo más importante: le ha caído bien, y a conseguido, más o menos, hacerse un
hueco en su corazón; ya sea como amigo, o como algo más. Pero eso ahora no le
importa.
- Entonces, ¿eso significa que me crees? Te dije
que lo harías. ¿Quedamos mañana?
- Eh, ¡no te emociones, chaval! – le da un
puñetazo sin fuerza en el hombro.
Cuando se quiere dar cuenta, está
casi pegada a él. No sabe cómo ha llegado allí. Mira a Héctor y ve en sus ojos la
intención de besarle. Se acerca a él, haciéndole creer que va a recibir otro
beso en los labios. Pero esta vez, no se sale con la suya, Laia le da un beso
en la mejilla y se aleja un poco, sonriendo pícara.
- Adiós, ya nos veremos.
- Hasta luego, Laia. ¡Me lo he pasado muy bien hoy
contigo!
Trata de alzar la
voz, porque ella ya está dentro del hotel, y también intenta que Laia entienda
que lo que ha dicho, va con segundas, pero no lo ha oído. Se alegra al notar
que no se ha enterado de aquello, porque pasados unos segundos, piensa que
aquello era una mala idea. Seguramente, le habría dado otro “puñetazo”. Sonríe
al pensar en aquel golpe, y en la cara de niña pequeña que ella puso mientras
se lo daba.
En cuanto ha pasado
la recepción, mira hacia atrás para asegurarse de que Héctor ya no la ve, y
saca su teléfono móvil. Busca entre las últimas llamadas hasta encontrar a su
amiga y pulsa el botón verde. Tras dos “bips”, Marta responde.
- ¡¿Pero dónde te habías metido?! Te he llamado
como unas… ¿mil veces? Ah, no, ¡tan solo han sido tres mil! –risas a ambos
lados de la línea-
- ¡No exageres! Solo me has llamado… -mira rápidamente
la parte superior de la pantalla del móvil. Siete llamadas perdidas. – siete veces.
- ¿Sólo? Menuda caradura estás hecha.
- Lo sé – dice mientras ríe – Bueno, ¿qué era eso
tan importantísimo que tenías que contarme?
- He hablado con Arturo.
- Ya lo sé, eso ya me lo has dicho.
- ¡Ay, pero déjame terminar!
- Perdona, perdona. Sigue.
- Me ha dicho que fue a tu casa a buscarte porque
tenía algo muy importante que decirte, pero que no estabas. Yo ya le he
explicado que estás ahí en la playa con tu familia. Laia, Arturo me ha dicho
que te quiere.
Laia no sabe que decir. Su amiga
la acaba de dejar… ¡puff! Cómo describirlo. Y ahora, ¿qué?. Y encima ha besado
a Héctor. Se siente mal, muy mal. Pobre Arturo.
-¿Laia? ¿Sigues ahí?
-¿…Eh?, sí claro, dime.
-¿Cómo que ‘dime’? ¿Me has oído? ¡Arturo te quiere! ¿No
estás contenta?
-Claro, sí, muy contenta. Es genial – dice sin demasiado
entusiasmo.
-Pero… eso no es todo. Me ha dicho algo más. Pero eso ya lo
descubrirás cuando llegues y hables con él.
-Ok. Oye, Marta, estoy muy cansada. Mañana hablamos. Un
beso.
Hola de nuevo :D
ResponderEliminarel capítulo estuvo bueno, pero pobre de Arturo AAAHH QUE MAL :/ POBRE DE ÉL, de por si que se ve que la quiere de verdad y ella esta con Hector, lo vuelvo a decir XD Hector no me cae bien, ya tiene su novia e_é creo que debería aclarar las cosas primero con ella y ya después haber que sucede, pero aún así me quedo con Arturo *¬*♥
Por cierto, no sé si leiste mi mensaje pero... XD como quiera lo volveré a decir, :3 vi tu comentario en mi blog y pues, me tarde demasiado en regresarlo pero veo que ya tienes el gadget de seguidores y con lo de afiliarse XD creo yo que es lo mismo, la verdad yo tampoco lo se :c, pero bueno, espero y se haya arreglado el problema :3
Un saludo.
Virialt*
Jo! normal que se sienta mal, me da pena Arturo, pero es que Héctor... es Héctor xD, aunque lo de que tenga novia empeora las cosas bastante...
ResponderEliminarEspero el siguiente :)
Gracias por pasarte por mi blog cielo!!!
Besacos!!
Raquel xx
dios, me qe quedado corta, porque ahhhh tenia tiempo que no entraba... dios pero que emocion... como amo los dramas .. sigue subiendoo!!!! besitooos!!1 bye cuidate
ResponderEliminarawww arturo *.*
ResponderEliminary hector no me pasa -.- pero es cierto uno muchas veces se ciega con niños asi , te caen mal y a la vez te gustan, sabes que no te conviene pero te encantaaa .